Cada 12 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Acción contra la Migraña, patología que se presenta como un dolor pulsátil y que afecta a cerca del 14% de la población mundial. ¿En qué consiste y cómo se diferencia con la cefalea? Aquí te contamos más.
La migraña es un tipo de dolor de cabeza que puede surgir en distintas intensidades y, por lo general, se caracteriza por una sensación pulsátil, similar a un “bombeo” o palpitación, en un único lado de la cabeza.
En cuanto a su duración, esta puede ser variable: hay personas que la padecen durante algunas horas y otras, pueden sentir sus efectos por tiempos más prolongados y en distintos momentos del mes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 14% de la población sufre de esta enfermedad neurológica, teniendo mayor prevalencia entre mujeres: 1 de cada 5 la padece. Además, al ser de carácter genético y hereditario, si uno de los padres tiene o ha tenido migraña, hay un 50% de probabilidades de que sus hijos puedan desarrollarla en un futuro.
En el ranking de las enfermedades más discapacitantes, la OMS también ha ubicado a la migraña en el 8° puesto, lo cual confirma la importancia de acudir a un especialista oportunamente, para lograr un diagnóstico certero y así, mejorar la calidad de vida de quienes la experimentan.
Si bien, los síntomas no siempre son los mismos para todos y existen distintos factores que los intensifican o hacen más, o menos recurrentes, hay señales en común, que, en algunos casos, podrían alertar sobre un inminente episodio de migraña que ocurrirá pronto (a esta fase se le llama pródromo) y otras, sobre uno que está ocurriendo en el instante.
Es comprensible que para evitar síntomas molestos como los de la migraña, busquemos información para identificar si lo que nos ocurre, se debe a nuestro estilo de vida o a algún otro factor que podamos controlar.
Así como, efectivamente, hay gatillantes que sí dependen de nosotros y que podemos prevenir, como la ingesta excesiva de alcohol o cafeína, el estrés, descanso deficiente y saltarse comidas, también, hay otros que a veces nos parecen menos obvios o más difíciles de identificar como causantes de la migraña, como las fluctuaciones hormonales -específicamente, de estrógeno- durante la menstruación, el embarazo o la menopausia, o la ingesta de algunos medicamentos.
A veces, la migraña puede confundirse con un dolor de cabeza común y corriente o cefalea tensional, por eso es importante conocer cuáles son las características que las diferencian, ya que a partir de ello y en el momento en que acudamos a un especialista, este podrá saber más sobre nuestra experiencia y orientarnos con un posible diagnóstico.
La migraña es una condición que puede resultar incapacitante e interferir en el desarrollo de la rutina diaria. La buena noticia, es que existen tratamientos que pueden ayudar a reducir los síntomas y ayudar a los pacientes a retomar sus actividades con normalidad.
Según las características y patrones de los ataques de migraña, existen distintos tratamientos. Lo importante, según los especialistas de Andes Salud Concepción es no automedicarse.
“También es fundamental no tomar medicación en exceso, debido a que puede producir efecto rebote (…)”, agregó el especialista.
Si has experimentado los síntomas descritos, recuerda que en Andes Salud, contamos con un equipo de especialistas y profesionales que te podrán orientar de forma oportuna.
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